¿Quién me iba a decir que unas simples letras escritas en un papel, que más tarde fueron acompañadas por una guitarra olvidada en el desván, iban a hacer que hoy estuviera aquí escribiendo esto?

Desde pequeña sentí gran pasión por la música. Era tal mi afición por cantar que me hizo aprender a leer antes de lo normal, además de la facilidad con la que llegaba a memorizar las letras. Aún recuerdo la letra de la primera canción que canté con 5 años: «Enséñame a cantar», el título no podía ser más apropiado.

Con 9 años ya tenía claro que quería estudiar Educación Física, mi otra pasión. La música siempre ha formado parte de mi vida y me inquietaba mucho la manera de componer de los artistas a los que seguía. Con el paso de los años he tenido la suerte de poder compartir escenario con algunos de ellos/as y no puedo estarles más agradecida. Vosotros tenéis mucha culpa de que me haya animado a grabar mis propias canciones.

Sin darme apenas cuenta las experiencias que iba viviendo y escribía en un papel mientras las cantaba y grababa en mi móvil comenzaron a ser historias en forma de canción. Para ello faltaba una parte fundamental que era terminar de darles forma, arreglarlas para poder mostrarlas al público aunque mi timidez me lo impidiera. Necesitaba poner orden a todas las ideas que pasaban por mi cabeza.

Y como no creo en las casualidades, sé que el destino puso a Maikel, mi guitarrista, en mi camino para poder complementarnos musicalmente. Juntos decidimos formar el dúo Aprisa, que en 2017 cumplió cuatro años, en los que grabamos maquetas y nos presentamos a varios concursos. Gracias a esta etapa pude mostrar mis primeras canciones.